Y ahora que he apaciguado mi expresión
pero mantengo los músculos en tensión
sólo por si volviera el miedo...
Y ahora que no derramo ni una lágrima
que todos mis actos son casuales,
y mis palabras son sentencia.
Y ahora que la soledad me acoge,
ahora que aprendí a amar,
que olvidé como odiar ,
pero sigo buscando justicia.
Y ahora que al fin soy yo quien manda
necesito saber si es este el precio que pagué por mi inocencia.